Luis Fernando Reyes Meza y Nicole Echeverry
Adriána vargas Uribe
Luis Fernando Reyes Meza es un cirujano plástico colombiano, reconocido por su ética, profesionalismo y profunda vocación. Desde joven se forjó una carrera brillante, motivado por su fe, su amor por la medicina y su deseo de servir. Católico, trabajador, noble y entregado a su familia, soñaba con construir un hogar firme, basado en valores. Sin embargo, su vida cambió radicalmente al tomar una decisión apresurada, motivada por principios más que por el conocimiento del otro: casarse con una mujer que apenas conocía, tras ser informado de un embarazo inesperado.
Esa mujer se llama Adriana Lizeth Vargas Uribe, y fue presentada a Luis Fernando por un colega. Ella Vivía en Estados Unidos en aquel momento, así que iniciaron una relación vía telefónica. Hasta ese momento Luis Fernando desconocía que Adriana ya estaba casada en Estados Unidos con otro hombre y adicionalmente, sostenía otra relación paralela desde hacía 4 años con otro hombre Iraní (Prueba N° 1 declaración Adriana confirmando esto ), (relaciones que nunca dio por finalizadas, incluso después de su matrimonio).
(Prueba N° 1)
En menos de cinco encuentros presenciales, le anunció a Luis Fernando que estaba embarazada. Él, guiado por su fe y sentido del deber, propuso casarse. No sabía entonces que esa decisión marcaría el inicio de un largo calvario personal, legal, emocional y reputacional. (Prueba N° 2, foto registro matrimonio y registro de nacimiento )
(Prueba N° 2)
🔴 El video NUNCA fue prueba documental en el juicio.
🔴 La Fiscalía decidió no usarlo.
🔴 Un perito lo analizó y concluyó que NO HAY GOLPES, ni agresión física.
🔴 Solo se ve a un hombre que toma un objeto y se va.
¿Entonces por qué lo sacan editado, acelerado, sin sonido y fuera de contexto?
Porque si lo presentaban completo, se caía la mentira.
💥 Así se manipula una historia para destruir a alguien inocente.
📌 Luis Fernando Reyes fue juzgado por un video que jamás fue prueba. Y hoy, los mismos que no lo usaron en juicio, lo filtran a medios.
En medio de su ruina emocional y financiera propiciada por Adriana vargas Uribe, porque recordemos que le quitó su trabajo, le hizo perder su clínica y se empeñó en destruirle su nombre y su honra, Luis Fernando conoció a la Dra. Nicole Echeverry, también cirujana plástica, y una mujer íntegra, noble y amorosa. Juntos encontraron lo que nunca antes él había podido tener: un amor verdadero, respeto mutuo y un hogar lleno de paz. Pero esa felicidad despertó aún más la furia de Adriana Vargas, quien desde el inicio de la relación intentó sabotear cada paso: les impuso restricciones para publicar fotos, denunció a sus cuentas, envió amenazas desde perfiles falsos, le enviaba a Nicole listas de mujeres asegurando que eran amantes de Luis Fernando, la acosaba burlándose de su físico, de la ropa y zapatos que utiliza, de su condición de médico y de si usa o no filtros para sus fotos, entre muchas otras cosas (Prueba N° 27)
(Prueba N° 27)
Adriana se obsesionó tanto con ellos que llegó incluso a denunciar al sacerdote que bendijo su unión y al lugar donde se casaron para quitarles la licencia de trabajo, le escribió al joyero que hizo los aretes de boda, a la diseñadora del vestido de novia, al diseñador del vestido de Luis Fernando, al wedding planer, etc.
El nivel de obsesión fue escalando. Adriana investigaba el valor de los regalos, los pasajes de la luna de miel, los lugares donde comían, los productos que usaban, e incluso intentó frustrar el nacimiento de su primera hija en EE.UU., interponiendo CUATRO denuncias para impedir que Luis Fernando estuviera presente. Al no lograrlo, intensificó su campaña de difamación en redes y medios, llegando incluso a inculcar en su hija un discurso que repetía en los procesos judiciales, claramente guiado por la madre y no por hechos reales.
Luis Fernando Reyes Meza y Adriana Vargas Uribe estuvieron casados por la Iglesia Católica. Tras su divorcio civil, fue la misma Adriana quien solicitó la nulidad del matrimonio eclesiástico, un proceso que tramitó ante el Tribunal Eclesiástico de Bucaramanga.
Sin embargo, cuando se enteró de que Luis Fernando tenía planes de volver a casarse por la Iglesia, inició una cadena de acciones para obstaculizar esa unión, retrasando deliberadamente el fallo del tribunal mediante maniobras y apelaciones infundadas. Todo esto, con el aparente objetivo de impedirle rehacer su vida sentimental y espiritual.
A pesar de sus intentos, el Tribunal de Apelación Eclesiástico en Bogotá —el único competente en segunda instancia en Colombia— decretó la nulidad del matrimonio canónico, no solo por las causales legales establecidas, sino también por las inconsistencias evidentes en el proceso que Adriana había manipulado en primera instancia. (Prueba N° 28)
Ante esta decisión definitiva y desfavorable para ella, Adriana apeló incluso ante la Santa Sede en Roma, llevando el caso hasta el Tribunal de la Rota Romana. Lo paradójico es que ella misma había iniciado el proceso de nulidad, pero posteriormente lo bloqueó cuando descubrió que Luis Fernando deseaba casarse nuevamente.
Este cambio de postura deja al descubierto una contradicción evidente: si realmente hubiese vivido un matrimonio marcado por el abuso, el sufrimiento y el maltrato —como ha declarado públicamente—, ¿por qué intentaría por todos los medios conservar el vínculo con su supuesto agresor?
Insistir en conservar su estatus de esposa, tras haber denunciado años de maltrato, carece de toda lógica emocional, espiritual y legal. Más aún cuando ella misma fue quien solicitó, en primer lugar, la anulación del vínculo. (Prueba N° 28.1)
Este episodio, más allá del plano religioso, refleja un patrón constante de contradicciones y manipulación procesal, en donde cada decisión parece guiada no por la verdad ni por la búsqueda de justicia, sino por el deseo de perjudicar a quien decidió continuar con su vida lejos de ella.
La abogada Luz Mery Alvis ha liderado la defensa jurídica de Luis Fernando en todos los ámbitos en los que ha sido denunciado por Adriana Vargas Uribe, confirmando bajo juramento más de 30 denuncias interpuestas por la misma mujer hacia Luis Fernando, ella es Adriana Vargas Uribe. También establece que fue testigo en como de diferentes formas, Adriana manipulaba a su hija a su acomodo, informando más aún la alienación parental ejercida por la madre sobre la menor. Adicionalmente afirma múltiples irregularidades en el proceso.
Entre sus principales argumentos están:
Adriana inicia su declaración en el proceso penal asegurando que es administradora de empresas, lo cual hasta el día de hoy no ha podido demostrar.
(Prueba N° 36)
(Prueba N° 36.1)
Desvirtuación de la versión de la psicóloga presentada por Adriana Vargas Uribe
Adriana Vargas presentó como parte de su respaldo profesional el testimonio de una psicóloga, que supuestamente avalaba la existencia de violencia intrafamiliar por parte de Luis Fernando Reyes Meza. Sin embargo, el valor de esa declaración fue seriamente cuestionado y desvirtuado en varios aspectos clave:
La psicóloga presentada por Adriana solo atendió a una de las partes del conflicto: exclusivamente a Adriana.
Nunca entrevistó ni evaluó a Luis Fernando, ni contó con los testimonios de testigos externos, lo que limita la objetividad de su análisis y vulnera el principio de bilateralidad e imparcialidad clínica.
Por tanto, sus conclusiones estuvieron basadas en una versión unilateral de los hechos, lo cual contradice los estándares de evaluación en casos de posible violencia intrafamiliar.
Las conclusiones de esta psicóloga contrastan abiertamente con las de otros profesionales neutrales e independientes, como el Dr. Mauricio Escobar Sánchez (psiquiatra infantil), quien sí evaluó a toda la familia y determinó que no existían indicios clínicos de maltrato ni en la madre ni en los niños.
De hecho, Escobar señaló que el discurso de la menor parecía inducido por un adulto, dado que no mostraba conexión emocional ni consistencia narrativa con los hechos denunciados.
El documento indica que el informe de la psicóloga no profundizaba en instrumentos clínicos válidos o pruebas psicológicas estandarizadas que sustentaran sus afirmaciones.
En su lugar, se basaba mayoritariamente en el relato verbal de Adriana, los cuales fueron interpretados de forma subjetiva para justificar una narrativa predeterminada.
Tampoco se menciona el uso de escalas de evaluación de trauma, entrevistas estructuradas para violencia o pruebas proyectivas con control clínico.
Adriana utilizó las conclusiones de esta psicóloga como herramienta para reforzar su historia ante medios de comunicación y en redes sociales, presentándolas como si fueran una “prueba científica incuestionable”.
Sin embargo, al someterse a análisis judicial formal, el informe fue considerado débil y parcial, y no tuvo mayor peso probatorio frente a las evaluaciones clínicas formales y los testimonios de testigos directos.
Conclusión
La versión de la psicóloga presentada por Adriana fue desvirtuada principalmente porque:
Estas debilidades quedaron en evidencia ante el análisis judicial y en el contraste con las demás pruebas del proceso.
De hecho, a través de una de sus cuentas falsas, afirmó que ya se sabía la razón de su supuesta afectación mental… haciendo alusión a que todo era un montaje para fabricar un caso y destruir a Luis Fernando, como claramente ha sido su intención todo el tiempo. ( prueba n 37).
La lucha por la verdad
Nicole Echeverry, quien ha estado junto a Luis Fernando por más de 6 años, ha sido testigo y víctima del acoso sistemático que ambos han sufrido. A pesar del miedo, hoy alza la voz para defender no solo al hombre que ama, sino a su familia, a sus hijos y a todas las mujeres y hombres que han sido víctimas de persecución por decir la verdad. Nicole ha sido clara: Luis Fernando es un esposo ejemplar, un padre entregado, un médico brillante, y un ser humano noble y decente. La vida que han construido juntos es su mayor testimonio.
Mientras la justicia avanza y las pruebas forenses y psicológicas siguen despejando dudas, ellos han decidido hablar. Porque el silencio ya no protege. Porque el miedo ya no paraliza. Porque sus hijos merecen crecer con la verdad, y porque los buenos también tienen derecho a defenderse.
Luis Fernando y Nicole han elegido el camino más difícil: el de resistir con dignidad. Y aunque aún no termina su calvario, su historia es una prueba de que incluso las mentiras más elaboradas caen frente a la verdad.
Una profesional con experiencia y formación sólida en psicología forense y criminología, evaluó con rigor el perfil psicológico del Dr. Luis Fernando Reyes Meza. Y sus conclusiones no pueden ser ignoradas.
La psicóloga forense, con gran trayectoria en el sistema judicial colombiano, evaluó directamente al Dr. Reyes Meza y concluyó con claridad que no presenta rasgos de impulsividad, violencia, agresividad ni riesgo psicosocial hacia menores o adultos. Su valoración fue objetiva, basada en entrevistas clínicas, pruebas proyectivas y herramientas psicométricas reconocidas en el ámbito forense. No hubo sesgos, solo evidencia técnica.
Por su parte, otro psicólogo forense, perito judicial y experto en criminología, desmontó punto por punto la versión presentada por la denunciante y la psicóloga aportada por ella. ¿La razón? Esa evaluación no cumplía con los mínimos exigidos por el protocolo forense: carecía de pruebas clínicas válidas, se basaba exclusivamente en el relato de la denunciante ( que cualquiera puede fácilmente inventar como ella lo ha hecho hasta hoy) y no exploró otras causas ni aplicó pruebas estructuradas. Era una “evaluación emocional”, no científica.
Ambos profesionales coinciden en algo fundamental: no hay un solo indicio clínico, médico ni psicológico que permita afirmar que Luis Fernando Reyes representa un peligro para su hija o haya incurrido en actos de violencia.
Zathis Croos2025-06-20Trustindex verifica que la fuente original de la reseña sea Google. Caleb Andres Castellanos Cruz2025-06-20Trustindex verifica que la fuente original de la reseña sea Google. LAURA SOFIA MARTINEZ TRONCOSO2025-06-20Trustindex verifica que la fuente original de la reseña sea Google.